Al noroeste se ubicaba el Chinchaysuyo, que iba hasta el Río Ancashmayo en Pasto, Colombia; al noreste el Antisuyo, en los valles subtropicales, ocupando parte de la selva baja amazónica; al sudoeste el Contisuyo ocupaba parte de la costa peruana hasta el Río Maule en Chile, y al sudeste el Collasuyo, que ocupó gran parte del actual territorio boliviano, llegando hasta Tucumán, en el Norte de Argentina.
Todas las tierras pertenecían al Sol, al Inca y al Estado. Estas eran distribuidas de tal forma que cada habitante tenía una parcela de tierra fecunda que trabajar. Los varones recibían un topo o tupu (2700 m²; 0.27 Ha, 0.67 acres) al nacer, mientras que las mujeres recibían tan sólo medio topo. No podían venderlas ni heredarlas, ya que no eran posesión suya sino del Estado incaico; por ello, cuando una persona moría, sus tierras eran destinadas a un nuevo habitante.
El Tahuantinsuyo
La sociedad Inca estaba caracterizada por un orden jerárquico que colocaba en la cabeza el poder absolutista del Inca; lo seguía la nobleza, a quienes los conquistadores españoles llamaron orejones, porque mostraban los lóbulos de las orejas deformados como consecuencia de llevar pesados ornamentos que los diferenciaban de los demás.
De acuerdo a la escala social del imperio seguían los runas o mitimaes, considerados como gente vulgar. Era la masa del imperio, quienes realizaban las tareas obligatorias en las mitas, un sistema de trabajo colectivo. Finalmente, estaban los Yanaconas o Yanakunas, quienes eran los sirvientes de la casa y provenían de las naciones conquistadas.
Por esto es que sabemos que el pueblo inca fue estrictamente conquistador. Producto de estas conquistas reunieron a numerosos pueblos con ritos y costumbres propias. Para conciliar y contrarrestar esta disparidad cultural implantaron el Runa Simi o Quechua, como idioma oficial, y establecieron además una organización social basada en principios morales de obediencia y persecución permanente del delito.
Principios que hoy son conocidos como las leyes básicas del Tahuantinsuyo: Ama Sua (no seas ladrón), Ama Llulla (no seas mentiroso) y Ama Kella (no seas perezoso).
Nadie puede discutir la espectacular organización inca, no sólo por el manejo del inmenso territorio; sino, además, por el éxito de la conducta paternalista de la nobleza inca. Pese a que ostentaban un gobierno monárquico, que tenía antecedentes negativos en Europa y el resto del mundo, la población del imperio nunca pasó hambres, ni privaciones.
Este equilibrio social, actualmente, es visto desde varios enfoques: sistema esclavizador a partir del estudio de la nobleza, y social-imperialista estudiado a partir de los runas.
Por lo mencionado, el Tawantinsuyo merece un título especial entre las sociedades de mayor desarrollo, que considere tanto sus actividades productivas y artísticas, como su planificación social y política. |
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